lunes, 27 de marzo de 2017

Las Sin Sombrero: Maruja Mallo

Maruja Mallo fue una de las figuras centrales del movimiento de las Sin Sombrero y de la Generación del 27. Pintora, artista revolucionaria y pensadora, sus obras y su trayectoria vital nos inspiran en este reto de marzo, ya en su recta final.

 

Mujer libre y rompedora, apasionada y apasionante, que se anticipó e hizo posible, junto a otras mujeres, el modelo femenino que somos en la actualidad, y que ni la Guerra del 36, que acabó con tantos sueños de libertad e igualdad, pudo borrar.


Tània Balló, en su libro Las Sinsombrero, la define así: “Maruja Mallo fue la primera Sinsombrero que se cruzó en mi camino. La mujer más original, moderna y transgresora de la España de los años veinte y treinta. La artista vanguardista, la pintora de grandes lienzos llenos de colores, movimiento y geometría. Ella, que se quitó el sombrero, que quiso ser pintor y no pintora; ella, que amó a todos los hombres que quiso amar y lo hizo sin prejuicios; ella, que rompió todos los límites que a priori se le imponían por el absurdo hecho de ser mujer”.

Maruja, con un manto de algas

Ana María Gómez González nació en Vivero (Lugo) el 5 de enero de 1902. Fue la cuarta hija, de catorce, del matrimonio formado por María del Pilar González y Justo Gómez Mallo. En Avilés desde temprana edad comienza a copiar las ilustraciones de las revistas de la época. Con veinte años entra en la Academia de San Fernando hasta 1926, con el apoyo total de su padre; lo que resultaba cuanto menos curioso en aquellos momentos, por el poco número de mujeres que iban a la universidad y sobre todo a Bellas Artes.

"La infancia es trascendental para la vida del hombre. Maléfica influencia la de la tradición o educación atávica. En la Escuela de Bellas Artes de Madrid, donde ingresé, conocí a Dalí, que me presentó a Lorca y a Buñuel. Salíamos mucho juntos Dalí, Lorca, Margarita Manso y yo. Íbamos al jazz, yo escondiéndome porque no hubiera estado bien visto que una señorita frecuentara esos sitios", recordaba la propia artista. Con ellos inició, como ya hemos comentado, el movimiento Sin Sombrero. Maruja Mallo declara acerca de aquella performance primera que los insultaban llamándolos «maricones» y «narcisistas», lo cual corresponde con la imagen andrógina que sugería el nuevo estilo a lo garçon.

Mujer inquieta que intentó hacerse un hueco e integrarse “a codazos” en los movimientos de vanguardia en Madrid, en los años de preguerra. Una vanguardia fundamentalmente masculina, muy adelantada a nivel de creatividad y muy reaccionaria en todo lo que tenía que ver con la mujer y a la que ella accede desde una postura de adhesión a los postulados del surrealismo y una actitud innovadora y rupturista, junto a los grandes nombres del momento, como Dalí, García Lorca, Ramón Gómez de la Serna o Rafael Alberti. Ortega y Gasset le “permite”, caso excepcional, exponer en los salones de «Revista de Occidente», en 1928. Respecto a su obra, encaja con la estética del momento en Europa y que se denominó Realismo Mágico. Y es un referente del surrealismo internacional.

La Verbena, 1927


Antro de fósiles, 1930

Los hombres no entendieron su forma libre y firme de actuar, no como una mujer “mascota” sino activa y fuerte. Incluso Alberti la negó durante décadas, como compañera sentimental y como influencia artística. Si leemos a José Luis Ferris, biógrafo de Maruja Mallo y de Miguel Hernández, sabemos que también mantuvo con él una relación amorosa que influyó poderosamente en la poesía del alicantino.


Su actitud política y su compromiso con la República podemos conocerlos por sus propias palabras: La noble República fundada por prohombres de aquella hora, y que tanto hizo por la cultura, el arte, la ciencia, la justicia social, había nacido en un momento anacrónico y desarmada, mientras a nivel mundial se preparaban mayores conflictos. Ese conjunto de humanistas fue atropellado por traición cainita y poderes extranjeros, ante la indiferencia de una Europa que no creía disfrutar tan pronto de una guerra.

Empezada la guerra del 36 Maruja se exilia.


 La sorpresa del trigo, 1936

Portugual, Argentina, Uruguay, Nueva York... Aunque la mayor parte del tiempo la pasó en Buenos Aires, no dejó de exponer en París, Brasil...



 Naturaleza viva, 1945

No volverá a España hasta el 1963. Maruja Mallo lleva una vida bastante anónima, a pesar de que en la década de los 80 los artistas de la Movida retoman su figura y el Ministerio de Cultura le conceda la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes. 


El 6 de febrero de 1995 muere en Madrid a los 93 años, según algunos críticos olvidada e incluso manipulada por las corrientes culturales del momento.

Maruja Mallo fue sin duda una figura clave para el movimiento Sin Sombrero. En este reto caligráfico, ha inspirado trabajos tan originales como ella.




Podéis repasar toda la inspiración que nos han dado estas grandes mujeres con los hastags #marzosinsombrero y #mujeresenlasombra.

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